Desde el Colectivo Político Argamasa repudiamos la sentencia de la Corte Suprema de Justicia contra Cristina Fernández de Kirchner, no solo por ser un caso evidente de manipulación judicial de la política para proscribir a una líder opositora y ex presidenta y un castigo por las mejores de sus políticas como gobernante a favor de las mayorías populares, sino porque se trata de un nuevo y preocupante avance hacia una democracia restringida y un régimen autoritario y antipopular.
Ese régimen necesita el castigo a referentes populares, a las organizaciones y los movimientos sociales, a la oposición política y sindical, e instaurar el miedo y la represión. El mensaje es claro para eventuales futuros gobiernos populares, pero también, desde la mafia judicial y el poder económico, hacia el propio Milei. La Corte y el poder judicial se instalan así como el verdadero árbitro de las disputas políticas, un poder aristocrático, por fuera de la voluntad popular, y eminentemente político. Los lazos con el macrismo en decadencia son evidentes, y el mensaje es también hacia la disputa de poder interna en la clase dominante y el gobierno “libertario”, al mismo tiempo que hacia abajo, instaurando nuevamente la proscripción y el castigo judicial a las políticas populares, que combinados con la represión callejera, las amenazas y el hostigamiento mediático y en las redes, sostiene la profundización de un proyecto antipopular y neocolonial del que Milei o Macri son sus eventuales actores protagónicos, pero que tiene raíces y conexiones en la estructura de poder de la clase dominante que los exceden.
Toda la militancia popular y sus organizaciones debemos unirnos para ofrecer resistencia y tirar abajo este proyecto protodictatorial y antipopular.
Publicación: 10 de junio de 2025
Al momento, no es aleatorio qué manifestaciones y marchas ha reprimido el gobierno Milei-Bullrich. Es un hecho que no han reprimido todas; no lo hicieron con las que convocaron multitudes en defensa de la Universidad Pública, o con las que manifestaron reivindicaciones antirracistas, antifascistas y de género el 1 de febrero de 2025. Tampoco lo hicieron con la marcha del 24 de marzo que unificó a sectores político-partidarios, organizaciones sociales y grupos etarios diversos. En cambio, reprimieron ferozmente las que demandaron por derechos laborales, las que denuncian el saqueo en los ingresos de los jubilados, de los trabajadores, las que visibilizan la actual distribución brutal hacia las grandes empresas que luego dolarizan las enormes ganancias obtenidas y las fugan posibilitado por el nuevo endeudamiento FMI. Reprimen buscando disciplinar en especial a quienes expresan con su manifestación los conflictos capital-trabajo. No toleran que los trabajadores defendamos pública y colectivamente nuestros derechos, ni que la calle sea el espacio de expresión y visibilización de lo que están haciendo en el Poder Ejecutivo y el Congreso, si no estuviese la marcha de jubilados, buena parte de la sociedad se entera poco que allí están aprobando el saqueo por ley.
Es que el gobierno Milei, más aún que el de Macri, aborrece las formas de historización serias que confrontan con las que sus acólitos difunden. No soportan que se visibilice lo que ellos pretenden borrar: en su discurso no se nombra el trabajo, la pérdida de poder adquisitivo a la que nos están sometiendo, el desempleo, el cierre de empresas y la debacle de la economía productiva que genera empleo real. Por eso, el ataque a Osvaldo Bayer fue más que a uno de los más genuinos historiadores. Bayer, al investigar, escribir y publicar sobre las huelgas de los peones rurales de Santa Cruz en 1921 las reivindicó como objeto de estudio y de memoria colectiva. Eran luchas por el salario, las condiciones de vida y trabajo. Y denunció con su trabajo de historiador la enorme e injusta renta agraria terrateniente. A partir de Bayer, la rebeldía de los trabajadores en la Patagonia trascendió el universo de la izquierda a todo el campo popular. A la par de la lectura académica de su libro, la película La patagonia rebelde, un producto de la rebeldía y la batalla cultural de los primeros años 70, se dio en las escuelas desde 1983; las huelgas de Santa Cruz se incorporaron a los planes de estudio de los colegios secundarios.
Pero además Bayer es símbolo de honestidad y compromiso; en tiempo en que tantas voluntades se compran, fue un hombre probo, desinteresado y brillante, un tipo de persona que deja al poder sin argumentos para desprestigiarla. De esa manera, sintetiza la reivindicación de la historia de las luchas populares a la vez que la de la integridad personal, y el ataque a su imagen no es en ningún sentido un hecho aislado o simbólicamente secundario, porque su doble interpelación ética y política se transforma en un obstáculo difícil de subestimar o degradar en su alcance. Esta embestida es más bien parte de una operación de borramiento simbólico, una ofensiva cultural que no se conforma con el ajuste económico: busca desguazar la memoria colectiva e ignorar a los pensadores del pueblo.
Sumando a ello, derribar su figura es desandar valiosos logros colectivos por el conocimiento y reivindicación actual de aquellas huelgas en el propio territorio de Santa Cruz. Es que a partir de las investigaciones de Bayer así como de su persistencia posterior en dar a conocer y profundizar su trabajo, confluyeron las iniciativas del historiador con las de una serie de colectivos, como familiares de víctimas de 1921, militantes de diversas organizaciones, intendentes y gobierno provincial y profesores de historia de los colegios secundarios, a los que también se sumaron iniciativas empresariales privadas locales. Se trató de trabajos de búsqueda y marcación de los lugares en que las fuerzas militares arrinconaron y asesinaron a los huelguistas, de reconocimiento de los caminos por los que intentaron escapar, de la creación de espacios museográficos específicos, como el Museo de Sitio Facón Grande, en la localidad de Jaramillo, inaugurado en 2021 con la presencia de integrantes de la comisión de fomento de Jaramillo- Fitz Roy, del hijo de Osvaldo Bayer, junto a la entonces gobernadora de Santa Cruz y a la nieta de un trabajador rural asesinado en 1921. Asimismo, los trabajos impulsados por colectivos diversos, con identidades políticas heterogéneas, cristalizaron en la construcción de monumentos conmemorativos, como el cenotafio Cañadón de los Muertos, erigido en uno de los sitios donde fueron fusilados los huelguistas, a la vera de la Ruta Nacional 40, poco después de la salida sur de Gobernador Gregores. A su inauguración, en 2014, asistió Osvaldo Bayer junto con el entonces intendente de la ciudad.
Hoy, el gobierno de Milei arrasa con todo: destruye puestos de trabajo, pulveriza salarios, derriba monumentos y también silencia relatos insumisos. Intenta vaciar de sentido las luchas populares, desacreditar toda acción colectiva y borrar de la memoria histórica las narrativas que nos recuerdan que hubo y hay otras formas de vida digna, de justicia, de comunidad.
Publicación: 7 de abril de 2025.